La vuelta a la rutina después de las vacaciones siempre supone un esfuerzo extra. Las responsabilidades diarias, los horarios estrictos, las clases, la formación continua, el estudio del instrumento y la combinación de todo ello con intentar tener una vida. Es por eso que necesitamos ser más organizados que nunca y fragmentar el tiempo en franjas de trabajo y descanso que nos mantengan activa la motivación.
Me encanta aprovechar los domingos, a última hora de la tarde, para crear un horario realista de la semana, con el plan de ensayos, de clases en el conservatorio, de espacios para la formación continua, el estudio con el instrumento y el deporte. Si lo hago el domingo y lo adapto a cada semana en particular, consigo mayor precisión y cumplimiento de los objetivos.
Os propongo un reto, este fin de semana, cuando tengáis un momento, sentaros en un escritorio y anotad en un documento (o en un papel) las actividades de los próximos siete días, además, añadid los tiempos que dedicaréis a descansar y desconectar. Pensad que dichos momentos no son para estar hiperconectados a las redes, si no para descansar la vista, la mente y el cuerpo de verdad; por ejemplo, dando un pequeño paseo, comiendo una pieza de fruta o mirando al horizonte, sin hacer nada, de verdad.
Cuando tengáis el documento confeccionado, a través de una tabla de contenido o como prefiráis, ponedlo en un lugar visible, donde podáis consultarlo cuando sea necesario. Intentad seguir las pautas que os habéis marcado, de forma estricta, durante, al menos, toda la semana. Una vez esta termine, es decir, al siguiente domingo, haced una pequeña reflexión escrita sobre los beneficios o perjuicios que hayáis notado. Si queréis, también me podéis dejar vuestras opiniones más abajo, en este mismo blog, y así, entre toda la comunidad, podremos comentar las virtudes y defectos de esta técnica.
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